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La relación entre la escarpa y la meseta de Bucaramanga está mediada por el “borde” de la meseta. Es decir, el punto límite entre la meseta y el abismo, el cual ha sido moldeado por distintos procesos de urbanización tanto formales como informales. En algunas zonas de la ciudad se extienden sobre el borde muros de contención, con gaviones profundos, en otros la ciudad avanza hasta el límite mismo del abismo construyendo grandes vigas que se entierran a una gran profundidad para sostener casas que parecieran flotar sobre la escarpa. 

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El borde de la escarpa representa el límite entre un mundo urbano y un mundo natural/rural. Sin embargo, la relación entre esta frontera es distinta en cada barrio e incluso cambia dependiendo de los sectores. Ello se ve reflejado en las dinámicas que ahí suceden. Así, los bordes se constituyen en fronteras entre el mundo de la meseta (urbano) y el mundo de la escarpa (natural/rural). 

Fronteras marcadas

Las fronteras marcadas en el barrio Campo Hermoso corresponden a las cercas y muros que aíslan el sector urbano y el sector rural. La mayoría de estas se encuentran ubicadas hacia el sector de Urbanas y más abajo, hacia la urbanización de Quinta Estrella, por lo que coincide con las zonas urbanizadas formalmente. Lo mismo sucede hacia el costado norte, cruzando la calle 45. Son las zonas de conjuntos residenciales las que cuentan con cercas y muros que aíslan las casas del abismo.

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Las fronteras marcadas están delimitadas con rejas que indican el inicio de la escarpa y el extremo urbano formal. Limitan el tránsito hacia la escarpa, aunque en algunos lugares existen arreglos, usos y adaptaciones más allá de las cercas.

Espacio público en el borde de la escarpa

La frontera marcada permite que las zonas que rodean el borde puedan utilizarse como espacio público, en el caso de los sectores con bordes marcados en barrio, es común ver más que inmobiliario urbano instalado por las alcaldías, espacios adaptados y construidos por la misma comunidad. Destacan los jardines cercanos a Quinta Estrella y el sector de Urbanas y las huertas urbanas al costado norte del barrio.

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Los bordes de la escarpa, en especial cuando la frontera está marcada bien sea con inmobiliario público o con las cercas, es apropiado a través de “arreglos”, es decir, pequeñas adaptaciones que por lo general son jardinería y pintura. Incluso, entre las cercas, en algunos sectores se observa huertas urbanas, con plantas aromáticas y medicinales que son cuidadas por algunos vecinos de la cuadra.

En otros sectores de la ciudad, las cercas han sido puestas luego de que sucedieran derrumbes y se hayan ejecutado obras de mitigación correspondientes, como es el caso de Charta, donde parte de la vía principal de este sector se destruyó por problemas de erosión y deslizamientos. En esta zona del barrio, se construyeron grutas y se ubicaron algunas imágenes de la virgen tras los trabajos de estabilización impregnando de religiosidad el borde.

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El borde de la escarpa, también es un lugar de apropiación religiosa. En varios sectores del barrio, junto a las cercas, a parecen imágenes y grutas de vírgenes. Imágenes que se suelen ubicar en otras partes del barrio, salvo en la iglesias o dentro de las casas. 

Frontera semi-marcada

Se denomina frontera semi-macarda aquella en que la frontera entre la ciudad y la escarpa consiste en escaleras, caminos de tierra o carreteras autoconstruidas que no separan tajantemente la zona urbana de la rural, sino que permite su paso y su interacción. Estas son frecuentes sobre todo en más antigua del barrio, el llamado “Campo Hermoso – Campo Hermoso”.

 

Las fronteras semi-marcadas por lo general están acompañadas por senderos que bajan al interior de la escarpa, hacia la quebrada La Rosita, hacia el costado sur, y hacia la quebrada La Joya, hacia el costado norte. En este caso también se observan algunas casas ubicadas a medio camino de la meseta y la quebrada pero de manera aislada y no continua con el resto del barrio.

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En algunas partes del barrio no existen cercas que demarquen el inicio de la escarpa y el fin de la zona urbana, sino son caminos y algunas construcciones de andenes informales lo que delimitan. El acceso a la escarpa es abierto, cubierto por lo general de maleza y, en algunos casos, con senderos de tierra que descienden al interior de la escarpa lo que marca un uso recurrente de estos.

Frontera invadida

En campo hermoso, la zona urbana del costado norte, más que descender al interior del abismo, se urbaniza hasta el límite de este ya que las altas pendientes impiden que la urbanización continúe hacia el interior de la escarpa. Las casas parecen colgar del abismo sostenidas por grandes columnas, algunas de ellas que cuentan más de un piso, se accede por el nivel del suelo, que es el mas alto y los demás en vez de ascender, descienden. Algunas de estas casas tienen salida trasera hacia la escarpa, donde algunas han adecuado pequeñas terrazas donde ubicar galpones o sembrar árboles frutales, permitiendo conservar aún algunas prácticas rurales.

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En otros sectores, el proceso de urbanización llega hasta el abismo. Las casas se anclan con grandes columnas antisísmicas y los pisos se construyen de manera descendente. Así, la entra a nivel de la carretera es el último piso, y se baja por escalera a los siguientes. En estos casos se realizan adaptaciones de la escarpa a través de terrazas que son de carácter privado.

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En varios sectores del barrio Campo Hermoso, la urbanización se lleva al límite de la escarpa, por lo general las calles terminan en callejones que da a una última casa construida sobre el abismo, no se desperdicia ni un centímetro de tierra que pueda ser urbanizado. Las casas aprovechan el abismo a partir de terrazas e incluso, con senderos que comunican al interior de la escarpa.

Más allá de la Frontera

Algunos habitantes del barrio viven más allá de los límites entre la escarpa y la ciudad, habitando de manera Sui generis la escarpa. En Campo Hermoso destacan algunas personas de la tercera edad que rompieron los muros del parque de la Vida para construir unos pequeños cambuches improvisados sobre el abismo. En una pequeña terraza de no más de 4 metros de ancho se levanta de manera improvisada un pequeño cambuche, más abajo se observa un galón con no más de diez gallinas en medio de árboles frutales. Don Daniel, comenta que la CDMB ha intentado reubicarlos pero no ha tenido éxito y que llevan habitando de esta manera varios años.

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Igualmente, también se habita dentro de la escarpa. Esto va desde la construcción de casas que descienden al fondo del abismo, como otro tipo de construcciones Sui Generis donde se habitan unas pequeñas terrazas en medio del precipicio a modos de cambuches.

La búsqueda del oro

Una de las prácticas que todavía se conserva con relación a la quebrada La Rosita, en el interior de la escarpa es la búsqueda de Oro. Como comenta don Domingo, algunos vecinos del sector de Charta bajan a la quebrada, a 12 minutos de sus casas, a buscar “chispas” de oro, que venden entre 20.000 y 50.000 pesos en media jornada de trabajo. Dicha actividad también se realiza en Girón cuando el río de Oro atraviesa el río y rememora el origen de la ciudad, creada como una Real de Minas enfocada a la extracción de oro aluvial que desciende por las quebradas y ríos que bajan del páramo de Santurbán.

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“hay gente que baja a la quebrada a sacar oro, a veces encuentran chispitas de oro, sacan a veces el gramito, medio gramo, algunos vecinos viven de eso acá en la cuadra. Malo, malo se ganan 25 – 30 mil pesos, por medio día”. Domingo, sector de Charta, Campohermoso.

Divisiones internas

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La geografía propia de la escarpa en forma de “falanges”, hace que determinados sectores adquieran nombre propio como Charta o 1 de mayo. Sectores que por la misma geografía, suelen tener una entrada y una única salida. Para Rodolfo, estos sectores son más fáciles que sean peligrosos porque “ponen un campanero” que avise – controle - desde la entrada

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