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El barrio Campo Hermoso, como muchos barrios de la ciudad, fueron el epicentro del movimiento cooperativista. Apoyado y promovido por la iglesia, los habitantes del barrio logrado a través de la cohesión comunitaria, la construcción del colegio, la iglesia, la pavimentación de la 45 entre otras victorias.  Hoy en día el recuerdo del cooperativismo no está presenta en la memoria de gran parte de sus habitantes y muchas de las tradiciones que unían al barrio se han perdido.

El papel de la iglesia en la construcción del barrio

A lo largo de la historia del barrio, la iglesia ha desempeñado un papel fundamental y que, más allá de la evangelización y los deberes eclesiásticos, la parroquia ha contribuido a los procesos de organización comunitaria y de construcción de infraestructura del barrio.   La construcción del templo fue uno de las primeras obras construidas de manera colectiva. Hacia 1961 se constituyó una junta pro-templo la cual inició la construcción de la hoy parroquia de manera autogestionada. Con bazares y donaciones de campesinos de las veredas de los pueblos aledaños se terminó de construir el templo.

El colegio cooperativo, fue fundado por el Padre Ismael Mejía, quien logró la donación del lote por parte de la alcaldía (que inicialmente incluía la iglesia). El colegio fue autoconstruido por las personas del barrio quienes pusieron mano de obra y donación de materiales para su construcción. La parroquia, también contaba con su propio periódico en el cual se difundía las noticias del barrio y contribuyó a la escritura de la historia del barrio.

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Apoyados por la iglesia, el colegio cooperativo de Campo Hermoso fue un proyecto de auto-gestión. El padre Ismael Mejía fue el encargado conseguir la donación del predio y los habitantes en su conjunto pusieron la mano de obra y materiales para su construcción.

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