top of page

LA JOYA: un barrio comunitario

001.jpg

La Transformación de la Hacienda La Joya

002.png

La franja de tierra en la cual se ubica hoy en día el barrio La Joya, en uno de los filamentos de la escarpa occidental de Bucaramanga, tiene una trayectoria rica en valores culturales para la ciudad. Conocida esta porción de terreno como “La Joya” se deriva de su nombre originario “La Hoya” cuya denominación fue otorgada por los campesinos de finales del siglo XIX, pero que a través del tiempo se fue transformando y acogiendo con el nombre de La Joya, en parte por el significado que representa este último.

 

Este apelativo no iba a ser en vano, pues este lugar no solo tenia un valor económico sobre el valor del suelo rural, sino que también fue testigo de uno de los hechos históricos más críticos que iba a tener la ciudad; la Guerra de los Mil Días. Es así como desde el punto de vista histórico este sitio tiene un lugar de trascendencia al ser uno de los lugares estratégicos en el desenvolvimiento bélico.

 

En mayo de 1900, en el transcurso de la dolorosa Batallo de Palonegro, las tropas del gobierno se emplazaron en la parte final de “La Joya” y desde allí la artillería acañoneó a sus adversarios que estaban en Palonegro. Esta referencia de la memoria de un conflicto nacional que iba a dejar huellas profundas en la región, es un testimonio de los sucesos que tuvo la ciudad, y más precisamente La Joya como punto de táctico de combate de una de las guerras que la ciudad fue un centro operativo.

003.png

Iniciando el siglo XX, posterior al conflicto, el señor Don Benito Ordoñez Gallón adquirió dichos terrenos. Su adquisición fue debido a la riqueza acumulada en el comercio y la venta de servicios para la explotación petrolera en el municipio cercano de Barrancabermeja. Don Ordoñez para el momento era propietario del “Salón Rojo” en Bucaramanga, que era una tienda en donde comerciaba productos mercantiles de variada procedencia.

 

Este negociante próspero de la ciudad invirtió su capital en la compra y venta de latas de petróleo, que eran fundamentales para poder transportar el hidrocarburo. De este negocio invirtió en la compra de finca raíz siendo la hacienda La Joya una de sus inversiones. A pesar de que la finca ya tenia problemas de erosión y no eran tierras muy productivas su adquisición se debió a la necesidad del propietario anterior de poder realizar su venta.

 

La transacción de este inmueble ante la premura de su venta y el inconveniente de Don Ordoñez de tener en efectivo el dinero para su compra, se hizo a cambio de 100 latas de petróleo, material muy solicitado por la dificultad que presentaba el transporte de petróleo y que gozaba de buena valoración económica.

 

En un principio estos terrenos fueron utilizados para la agricultura a través del cultivo del tabaco, pero debido a su suelo poco productivo, se convirtió cada día en una actividad de difícil sostenimiento ya que presentaba un alto riego de no poder recoger cosecha, al no contar la finca con medios de riego y que las siembras se tuvieran que irrigar solo con el agua lluvia que caía.

004.png

Con la muerte del señor Ordoñez Gallón los terrenos entraron en proceso de remate para hacerlos efectivos en los gastos de sucesión quien fue comprado por un tercero de la familia, pero años más tarde es adquirido nuevamente por sus descendiente. El hijo, Gustavo Ordoñez Cornejo compra de nuevo esa propiedad principalmente por motivos sentimentales, pero ya se veía su proyección en la rápida expansión que tenia la ciudad sobre la década de 1940, lo que permite inferir que también se proyectaban estas tierras como un negocio fructífero para la venta y su urbanización.

 

Siendo Alcalde de Bucaramanga el Sr. Ordoñez Cornejo, planteó para la ciudad la necesidad de que ella contara con un lugar a adecuado para depositar las basuras, ya que no se contaba con ninguno hasta el momento. Dicha problemática le permitió al Sr. Ordoñez Cornejo seleccionar su finca como deposito para el arrojo de las basuras de la ciudad, repercutiendo en su beneficio ya que este tipo de desechos orgánicos hizo un poca más fértiles sus terrenos.

005.jpg
006.jpg

Al considerar el catastro municipal dicho sector como terreno sub-urbano, tuvo un alto incremente en la suma de su evaluación catastral, considerándolo por parte de la familia Ordoñez insostenible por su alta valoración económica que debía que tributar. Este movimiento llevó a la familia Ordoñez en poner a consideración la venta de este lote, obteniendo como rápida respuesta un interés del Instituto de Crédito Territorial ICT, que inicia negociaciones con el fin de adquirir dichos terrenos y poder dar partida a su urbanización.

 

En esta compra del terreno se hizo una excepción, al dejar por fuera la zona escarpada por considerarse terrenos erosionados y tendientes a fuertes deslizamientos, que siguieron perteneciendo a la familia Ordoñez. Quienes tuvieron que realizar trabajos de importancia para evitar la erosión e impedir el asentamiento de forma ilegal por parte de personas marginadas que llegaban a la ciudad.

007.jpg

La negociación entre el ICT y la familia Ordoñez permitió inscribir ciertas peticiones en la transacción del inmueble. Una de las peticiones era que el barrio recién construido llevara el nombre de Ordoñez, por ser los propietarios originarios de ese terreno, además en honor de quien había sido alcalde de la ciudad y por último, por ser una de las familias de mas profundas raíces bumanguesas. Ante esta petición el ICT la descartó y decidió conservar el nombre de “La Joya” por ser el más antiguo.

 

La siguiente petición era favorecer a las 20 familias de aparceros que se encontraban labrando en los terrenos y que iban a ser damnificadas pro el proyectos, para lo cual el ICT accedió a la solicitud y las incluyó dentro de los favorecidos para obtener la vivienda en la nueva urbanización.

El Instituto de Crédito Territorial: promotor de la urbanización

008.jpg
009.jpg

Con la ayuda del Development Loan Fund del gobierno norteamericano el Instituto de Crédito Territorial pudo adquirir los terrenos de La Joya con un área aproximada de 277.960 m2 y por un valor de un millón quinientos mil pesos de la época, para poder adelantar todo el plan de vivienda diseñado para este sector de la ciudad y poder cubrir la demanda en este rubro mediante el sistema de Esfuerzo Propio.

 

Este proyecto habitacional contempló 871 viviendas unifamiliares en 33 manzanas con un área aprovechada para la vivienda cercano a la mitad y otro porcentaje para los equipamientos y las dotaciones que se ubicaron en las conexiones entre las manzanas y dan una forma estructurante del trazado barrial. 

10.png
012.png

La mayoría de la construcción de la urbanización fue mediante la modalidad de Autoconstrucción – Esfuerzo Propio. Esto tipo de forma de trabajo mutuo le imprimió una característica no solo a la construcción física de la urbanización, sino que también se profundizarían valores de trabajo comunitario, pues se partía del principio que ningún favorecido conocía de antemano el lugar de su vivienda, pues solo eran asignadas al final por medio de sorteo, lo que mantenía el espíritu, la trasparencia y la dedicación de la comunidad con el proceso de construcción.

 

Esta iniciativa barrial se mantuvo también con la construcción de los equipamientos fundamentales para una mejor calidad de vida, sentando las bases de un marcado ámbito de apoyo comunal dentro del barrio. Un puesto de salud en 1965, que en un principio era la locación de almacenamiento y las oficinas del servicio social del ICT; además de la escuela levantada en 1964 que resultó también un esfuerzo propio con la ayuda del gobierno norteamericano por intermedio del OAPEC.

013.jpg
015.jpg
014.jpg
bottom of page